La cuna de Judas fue uno de los aparatos de tortura de La Inquisición, creado en el siglo XVI, para que las víctimas confesaran sus pecados. El funcionamiento mecánico de este castigo generaba mucho dolor y le causaba la muerte a la víctima.
Aparatos de tortura de La Inquisición: cuna de Judas
La cuna de Judas tenía la forma de una pirámide hecha de madera que estaba tallada sobre tres patas. Este aparato se colocaba en la cámara de tortura y se procedía a suspender a la víctima, que estaba desnuda, con sus manos y pies atados a cuerdas que eran sujetadas por unos engranajes.
La punta de la pirámide se introducía en el ano, vagina o escroto del castigado, antes de que fijaran los pesos. Luego se procedía a bajar en reiteradas ocasiones a la persona sobre la punta de la Cuna de Judas con pesos extras hasta que el aparato de tortura desgarrara la pelvis.
¿Quién inventó la cuna de Judas?
Cuando se habla de la cuna de Judas: tortura medieval aplicada por la Inquisición Española, sale a relucir el nombre de Hippolytus De Marsili, o Ippolito Marsili, un abogado italiano al cual se le atribuye la creación de este instrumento de castigo durante el siglo XVI.
A pesar de que Ippolito fue jurista, tuvo más reconocimiento por los métodos de tortura que creó. Durante la época medieval, los jueces eran partidarios de los castigos y Marsili los consideraba como un mal necesario.
Además de la cuna de Judas, Ippolito también fue el creador de la vigilia forzada, una técnica con la cual se mantenía al castigado en una silla para que permaneciera despierto durante 40 horas y era vigilado por sus torturadores.
La cuna de Judas de La Inquisición, fue empleada como castigo para obtener la confesión de algún pecado que hubiese cometido una persona en el ámbito religioso. Este aparato de tortura resultó ser el favorito de los inquisidores.
Al investigar sobre los castigos de La Inquisición, se encuentra un gran número de aparatos que fueron producidos por mentes maquiavélicas que disfrutaban infligiendo dolor a los desconocidos. Pocas personas pueden imaginar el grado de maldad que tenían estos sujetos al fabricar dispositivos de castigo tan horribles.
Los que vivieron en esa época fueron quienes pudieron conocer realmente de lo que era capaz la Inquisición española y las torturas que aplicaban.
¿A quién se le aplicaba la tortura en la cuna medieval?
El trono de Judas se empleaba para castigar a los herejes y obtener la confesión de la víctima. La iglesia o empleador privado contrataba a los torturadores para que el castigado confesara sus pecados.
Los torturadores recibían una buena recompensa monetaria por sus servicios. Estos trabajaban en grupo, porque generalmente la cuna de Judas era manejada por varias personas. Unos se encargaban de la tortura y los otros ayudaban con el procedimiento.
Sin embargo, este castigo no solo fue aplicado en el ámbito religioso, sino también en el político, porque ambos temas estaban entrelazados en esa época. Entonces, a las personas que estaban en contra de los ideales políticos de los gobernantes, eran penados con la tortura de Judas Cradle.
Datos curiosos y espeluznantes sobre la cuna de Judas
Uno de los datos curiosos sobre este espantoso invento, es que, dentro de los castigos de La Inquisición, la cuna de Judas fue considerado por los españoles como uno de los “más humanos”. Un punto que quizás muchas personas no lleguen a entender, tomando en cuenta que su procedimiento era completamente atroz.
Como este dispositivo nunca se limpiaba, quedaban en él restos de heces y sangre. Si una persona sobrevivía al castigo, podía contraer enfermedades infecciosas y fallecer después, pero la mayoría de las víctimas moría rápidamente.
Otro dato espeluznante de la cuna de Judas, es que hubo ocasiones en las que los torturadores dejaron suspendidas a sus víctimas durante toda la noche para que se mantuvieran despiertas. Si estas relajaban los músculos de sus extremidades, podían caer encima de la pirámide y lastimarse. Por ese motivo, este castigo también fue conocido como “la vigilia”.
Sin embargo, los castigadores no se conformaban con el dolor que ocasionaba el trono de Judas, sino que, para generar más tortura, en ocasiones también sacudían a la víctima, la levantaban y la volvían a colocar en el aparato y le movían las piernas consecutivamente.
Otro método que se empleó para incrementar el sufrimiento del castigado, fue engrasar la punta afilada del aparato de tortura, para que penetrara con facilidad los órganos genitales de la víctima.
A pesar de que en los libros se pueden encontrar dibujos de cuna de Judas, las personas que quieran tener una experiencia más cercana con este aparato de tortura medieval, pueden visitar el Museo de la Tortura, situado en México. Este lugar tiene un sinfín de dispositivos de tortura antiguos, entre los que destaca la cuna de Judas.
El museo expone dos versiones de este aparato de tortura, uno de ellos tiene la forma de una pirámide sujeta a cuatro patas, y otro, donde la punta de la pirámide parece como una flecha que también se sostiene por cuatro patas. Estas exhibiciones se realizan para que los visitantes tengan una idea gráfica de lo que es la cuna de Judas y conozcan más detalles sobre su historia.
La cuna de Judas, el cinturón medieval para la mujer y el potro, fueron algunos de los castigos que empleaban durante esa época. En ocasiones, los aparatos de tortura de La Inquisición eran utilizados en sitios públicos para entretener a los habitantes. Las personas que acudían a esos sitios, sentían placer al ver el dolor que les generaba estos castigos a las víctimas.