Como bien hemos aprendido observando los movimientos de los últimos tiempos, el mercado inmobiliario está sujeto a continuos cambios y a las fluctuaciones de otros sectores complementarios, como el de la construcción o el bancario. Entérate de lo que está pasando.
Previstas tendencias positivas en los próximos años
El portal inmobiliario Belbex, especializado en oficinas, locales, naves y suelos, parte de la multinacional estadounidense CoStar Group (NASDAQ: CSGP), ha analizado el funcionamiento de los mercados del sector inmobiliario altamente transparentes y cómo en España podemos trabajar para alcanzar la transparencia que tienen dichos países.
Pero, antes de proseguir definamos el concepto de mercado transparente, ya que este término puede no resultar tan familiar a algunos de nuestros lectores.
Un mercado transparente propiamente dicho es aquel en el que la información de las operaciones de compra venta y arrendamiento del mercado se comparte, y no se guarda y se oculta según la tendencia natural a considerar dicha información como un valor añadido y diferencial.
En los mercados transparentes la información es tratada como una herramienta de trabajo y se da por hecho que debe fluir entre los diferentes agentes que interactúan en el mercado, sin cortapisas ni dobleces, para que todos sus integrantes al unísono puedan beneficiarse de ella.
El índice GRETI (Global Real Estate Transparency Index) estableció para el año 2018 que los tres países con mercados inmobiliarios más transparentes del mundo son Reino Unido, Australia y Estados Unidos. Es natural hacerse la pregunta de por qué ellos han logrado imponerse por encima de otros países y qué es lo que los ha llevado a ser considerados como los más transparentes.
Según Jaime Martín-Barbadillo, actual Gerente de Grandes Cuentas de Belbex, uno de los factores más significativos que los han hecho diferenciarse son la gran competitividad que existe entre los diversos actores que componen las industrias inmobiliarias en estas naciones.
En ellas, se da la situación de que existen diferentes ránkings de brokers inmobiliarios en los que se les clasifica tanto por zonas geográficas como por segmentos de uso en base a diversos parámetros como, por ejemplo, los usos en los que se es especialista, el número de transacciones completadas con éxito, la cantidad de pies cuadrados negociados o el número de mandatos en exclusiva.
Además, en los últimos tiempos, también se tiene en cuenta la opinión de los clientes, que evalúan el servicio prestado y esta referencia entra también a formar parte de las listas calificadoras. Así pues, estos rankings de brokerage se convierten en un medio que fomenta la competencia.
Las clasificaciones son públicas y, así pues, para poder aparecer bien posicionados, los agentes se ven en la necesidad de compartir la información de las operaciones en las que se han visto involucrados. Una vez contrastada la información pueden mejorar su puesto en las listas con respecto a los demás.
Como comentábamos, el cliente final tiene acceso a estos rankings, y los utiliza para dirigirse con mayor confianza hacia el agente elegido en base a sus necesidades inmobiliarias. Esto aumenta mucho el nivel de certidumbre, pero existe otro hecho diferencial con respecto a España.
Se trata del carácter público de los contratos de arrendamiento. De esta forma, se facilita en gran medida el acceso a las rentas de cierre y la duración de los contratos entre arrendador y arrendatario de los inmuebles. Esto, al fin y al cabo, es información que es utilizada a favor de la transparencia.
Valorar, tomar decisiones de gestión o inversión o prever movimientos empresariales con antelación es factible y mucho más sencillo gracias al flujo de toda esta información que, al contrario de lo que ocurre en España, no queda oculta en manos de agentes y propietarios.
Esto supone un beneficio para el conjunto del mercado, ya que, de esta manera, tanto los unos como los otros obtienen diversas ventajas que permiten, en definitiva, rentabilizar sus recursos. También los inquilinos y compradores se ven beneficiados gracias a este ambiente de transparencia que tiene en cuenta sus intereses.
Para competir en igualdad de condiciones con los mercados altamente transparentes, España tendría que mejorar sustancialmente su posición en el ranking GRETI, que para el año 2018 ha sido establecida en el puesto número diecinueve.
Está claro que, para dar el paso necesario de mejora, sería oportuno que se cambiara la mentalidad con respecto a la información, y dejase de considerarla como un bien añadido en lugar de como una eficaz herramienta de trabajo a favor de una mayor transparencia.
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